Paseaba por Lisboa, de hecho acababa de llegar a esta ciudad cuando al salir del autobús me planté justo enfrente del ascensor de Santa Justa. No esperaba que al subir tuviera la sorpresa de encontrarme una de mis metas que tenía en mente al ir a Lisboa y que no sabía en donde estaba, pensé que ya lo miraría mas tarde y más tranquilamente en el mapa, pero al subir por el ascensor y salir de él me lo encuentro justo enfrente. Se trata del convento do Carmo encima de una de las siete colinas que tiene esta ciudad y que poseía una iglesia que el terrible terremoto de 1.755 lo destruyó. Se intentó reconstruir pero finalmente se decidió dejarlo como quedó como recuerdo. Hoy alberga el museo arqueológico de esta ciudad. Sus paredes agrietadas debida al agresivo movimiento telúrico es indescriptible así como sus techos caídos y sus paredes dañadas.
De pronto en un lateral del fondo me encuentro con esta imagen (arriba) de un santo tallado en piedra de grandes dimensiones que hacía si cabe aún más dramática la escena. Era enorme y debió ser importante para el antiguo convento, también me pareció que lo había visto antes. Pero no, no podía ser... Ese santo de fácil nombre pero difícil sobrenombre que años atrás había visto en el famoso puente de los santos (Puente de Carlos) de Praga, que según la tradición está enterrado en la catedral gótica de San vito, y es un lugar de peregrinación para los checos y que según su historia dice que había sido arrojado a las aguas del río Moldava que es el que pasa por la capital checa. Por si fuera poco en 1.961 el Vaticano admitió que había creencias tradicionales en relación a la historia de este santo que no eran ciertas. Hace unos años un matrimonio Portugués que vino a Ibiza de vacaciones, al hablarles de esa misteriosa imagen me dijeron que mirarían de averiguarlo, Él, por cierto está jubilado de la marina portuguesa, y aunque empezó a hacer averiguaciones estas no confirmaban la identidad de esa figura. Mil gracias a los Señores de Correia, que después de varios meses y tras varios mails que se iban dirigiendo a varios departamentos del museo vino la ansiada respuesta: A escultura a que de refere, representa São João Nepomuceno, da autoria de Giovanni Antonio Bellini, datada de 1743.
Comparando las fotografías que años atrás había realizado en Praga vi que efectivamente se parecían mucho. Pero la imagen de Praga llevaba una palma que la de Lisboa no tenía y una especie de gorro católico (desconozco si de un diácono ó cardenal ó de obispo) que tampoco tenía el de Lisboa. Por tanto igual se trataba de otro. El nombre de este santo de historia incierta y más leyenda que realidad era el de San Juan de Nepomuceno. La estatua del puente de Praga estaba sobre un pedestal con unas imágenes en bronce que dice la tradición que quién pase la mano o toque esa imagen se librará de morir ahogado, y tal como se aprecia en la imagen de debajo estas líneas, vemos que es muy frecuente que la gente la toque. De ahí su color dorado original y negruzco por el paso del tiempo el resto.
San Juan de Nepomuceno no es tan desconocido como yo pretendía, aunque fuese Checo y patrón de Bohemia es muy venerado en Europa central, Chequia (por supuesto), Italia, Alemania, Polonia y Lituania; pero además y aquí es donde me sorprende es muy venerado en Paraguay y Venezuela. Pero aquí no acaba la cosa ya que además en España es patrón del cuerpo de Infantería de Marina (obviamente ignoraba todo esto). Hablando de marina, es curioso que en Cantabria y concretamente en Guarnizo se construyó un navío destinado a la armada española y se bautizó con este nombre. Un impresionante velero que marcó varios hitos durante su historia. Desarrolló acciones en aguas caribeñas durante una revuelta entre Inglaterra y España, y apresó allí a la fragata británica London. En 1.793 estuvo por el Mediterráneo luchando contra Francia, en esa ocasión España estaba aliada con Inglaterra. En 1.797 estuvo en la batalla del cabo de San Vicente contra Inglaterra. Y finalmente en 1.805 fue de los últimos barcos en rendirse luchando contra los ingleses en la batalla de Trafalgar, no lo tuvo fácil ya que su rendición se produjo mientras seis navíos británicos a la vez lo estaban cañoneando. Una vez tomado por los ingleses, éstos lo llevaron a Gibraltar y siguió en la armada inglesa como HMS San Juan. Pero no acaban aquí mis sorpresas en relación a este personaje.
Años más tarde concretamente en octubre del 2010 anduve yo por Milán un día muy lluvioso. Me dió tiempo antes de dejar la ciudad de internarme en el Castillo de Sforza (hoy convertido en un impresionante museo), y en cuanto entré en uno de sus impresionantes patios me encuentro con otra imagen que vista desde abajo lucía impresionante y tan grís como el cielo de esa ciudad. ¿Otra vez? No puede ser, ¿de nuevo?, pero de nuevo los símbolos no cuadraban: la palma la tenía un angel a sus piés por tanto no debería ser de la imagen, pero esta vez si llevaba el sombrero o como se llame en la cabeza como el de Praga, pero el crucifijo en alto me hizo dudar. De nuevo empezaba a investigar y muchos meses después a través de internet y gracias a una estatua similar que existe en otra zona del norte de Italia obtuve la respuesta. El castillo fue arrebatado a los Sforza por los Astrohúngaros y precisamente estos colocaban la estatua de este santo tan arraigado en el centro de Europa, al arrebatar posesiones significativas conmemorando así la victoria del sacro imperio astrohúngaro. Efectivamente me volvía a encontrar esta imagen tan desconocida y ahora ya tan familiar. Que cosas tiene el viajar, y por si fuera poco descubrí ayer mismo en un paseo por Dalt Vila en la catedral de Ibiza que en un lado inferior de un retablo había dibujado una imagen de este San Juan de Nepomuceno por lo que es más famoso de lo que habría podido imaginar.
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