Fez es una de las ciudades más bonitas de Marruecos. Su medina encierra multitud de sorpresas y traspasar sus puertas hacia la vieja medina significa irse a otra dimensión, a otros tiempos a otra época. Mientras uno disfruta de sus laberínticas, o mejor dicho muy laberínticas calles, uno va integrándose como puede en esas calles llenas de vida, de actividad frenética y donde se oye el "balac" (cuidado) ya que alguien pasa con su caballo ó una moto que apenas cabe, o un carro cargado para alguna de las miles de tiendas que hay dentro, y como puede uno se aparta para dejar paso.
2.000.000 de personas viven en esta ciudad mágica y además centro religioso del país. Fue antigua capital de Marruecos y por tanto una de las cuatro ciudades imperiales del país alauita. Es uno de los principales atractivos turísticos hoy. Sus curtidurías de piel fueron muy importantes (y siguen siendo) y curiosamente ese duro lugar, da un toque de color a esa ciudad con un paisaje que uno puede imaginarse como si fuese un gigante con un pincel a punto de elegir el color que desea para colorear. Pero la realidad es diferente.
Dentro de la medina de Fez existen varios barrios dedicados a gremios. Uno de los gremios más visitados es este multicolor gremio de los curtidores situado en el barrio del Suq. El ser curtidor de piel en este lugar es uno de los trabajos más duros que existen. El trabajo se hereda de generación en generación y aquí es donde se trabaja el famoso cuero de Fez.
Muy cerca de aquí pasa el río que tiene el mismo nombre de su ciudad, y es quién le suministra el agua. Desde el siglo XVII están aquí trabajando el cuero y aunque hoy se trabajan con algunas sustancias químicas anteriormente se hacían con sustancias vegetales. A pesar del durísimo trabajo que esto les supone a los trabajadores, poco parece importarles lo duro de su trabajo, sino más bien poder mantener un trabajo que les sustente económicamente a ellos y sus familias.
El cuero, las sustancias con las que trabajan y la estanqueidad del agua, producen un olor muy penetrante pero desagradable y fétido que se incrementa a las duras condiciones de trabajo de estos artesanos. Aunque las sustancias sí hayan cambiado, lo que no ha tenido grandes cambios por no decir ninguno es el proceso laboral y artesano que sigue realizándose como se realizaba hace siglos atrás.
En estas piletas los artesanos se introducen y pisotean y retuercen el cuero con fuerza a fin de conseguir que el color o teñido de la prenda quede lo mejor posible. Una vez realizado esto hay que ir poniéndolas a la un lado para después trasladarlas hacia un lugar donde secarlas al sol sobre los techos de las viviendas cercanas.
No hay que olvidar que en el interior de algunas de estos agujeros hay cal viva ya que al introducirse el cuero en bruto hay que retirar cualquier rastro de carne que hubiera podido quedar adherido a la piel. Posteriormente hay que ponerlas en otras fosas con agua y excremento de paloma para retirarles la cal. Al cabo de algunos días se deben meter en otras bañeras con una pasta líquida elaborada con higos secos para darles suavidad y luego de nuevo sumergidas en otras piletas con aceites para curtirlas y posteriormente se secan. Pero aquín no termina ya que una vez secos se engrasan y abrillantan y posteriormente se vuelven a meter en estos agujeros para darles el color definitivo. Posteriormente se retiran de aquí para secarlos al sol extendiéndolos en los tejados.
La medina de Fez está declarada por la Unesco "Patrimonio de la Humanidad". Su medina es una de las mayores del mundo y actualmente es uno de los mayores emplazamientos medievales que existen. Estos curtidores dan una nota de color único en Marruecos. La tradición aquí sigue siendo casi como lo era hace tiempo. Un lugar que no dejará indiferente al visitante que previamente para llegar aquí además del laberinto de calles de esta ciudad ha tenido que cruzar por otro de infinidad de tramos de escaleras y pasillos por dentro de las viviendas que muchas de ellas hoy se han convertido en negocios.
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