Pués de nuevo criador de pollos y pavos, los pavos son idénticos a los del año pasado (ver entrada de con ocho basta), pero los pollos este año son totalmente diferentes a los del año pasado. Dos de color negro del tamaño de pulgas mucho más pequeños que los propios pavos.
Pero pronto empezaron a crecer y fueron tomando el mismo tamaño que sus compañeros los pavos, pero seguían siendo pequeños. La verdad es que eran muy negros y contrastaban con sus "compis" amarillos... eso sí, ambos tienen cara de pocos amigos, pero la verdad es que son muy amigables...
Pero lo dicho, fueron creciendo... y además al poco tiempo nos quedamos impresionados por que de golpe aparecían unas pequeñas plumas de color dorado. La metamorfosis no había hecho más que empezar....
Para la sesión de fotos, la verdad que se portaron muy bién, mucho mejor que sus compañeros amarillos los pavos, a los cuales quise inmortalizar en grupo. El contraste entre ellos este año era bestial, unos de negro y otros de amarillo...
Pero en dos semanas Otto y Klaus estaban totalmente desconocidos y esas pequeñas plumas doradas iban multiplicándose a la vez que cada vez se hacían más y más inquietos y hubo que pasarlos de la cómoda ciudad al lejano campo, donde en una granja siguen y siguen creciendo...
Aunque no lo parezcan aquí siguen posando, esta vez costó un poco más tomarles las fotos, eran igual de simpáticos (a pesar de esa cara de serios) pero costaba mucho tenerlos quietecitos.... en fín lo hice lo mejor posible.
Aunque Na Conchita sí sabe diferenciarlos, yo todavía no sé quién es quién, pero la verdad esta simpática transformación seguida en directo día a día, me ha arrancado la ternura que (a veces) llevo dentro. Mañana me voy al campo a hacerles una visita y a ver como van cambiando.
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