Uno de los lugares más extraordinarios para volar en globo, se trata de la zona arqueológica de Bagán ó Pagán en Myanmar.
Entre los siglos IX y XII esto fue la capital del Reino de Bagán y existían más de 10,000 templos hoy quedan muchos menos aunque su presencia es abundante.
También hay muchas zonas de cultivo que se van mezclando con casas rurales y propiedades privadas que se van mezclando con los antiguos templos budistas.
Se le considera tan importante por su arqueología como Angor Wat en Camboya, aunque hay algo que Bagán a pesar de su monumentalidad no ha conseguido.
La UNESCO no ha declarado Patrimonio de la Humanidad a Bagán por varios motivos, como reconstrucciones que más bien eran chapuzas realizadas por el régimen militar o un campo de golf en su interior.
En todo caso, hay que admitir que Bagán es el lugar de Myanmar que más turismo atrae gracias precisamente a su zona arqueológica. Y por supuesto por sus famosos globos aerostáticos que cada día durante una época del año determinada y gracias a su continuo buen tiempo pueden volar cada mañana en grupos numerosos de grandes globos que van paseando de un lado a otro de la zona arqueológica haciendo disfrutar de un silencioso y agradable pasea al turista que se atreve a subir.
Y es que la naturaleza se mezcla con las construcciones antiguas, y el silencio se rompe con los "clicks" de las cámaras que llevan los turistas para inmortalizar ese curioso trayecto, lento, a veces bajo, a veces alto o muy alto ya que del gran grupo de globos todos ellos se comunican por radio para saber quienes suben y quienes bajan por orden de distancia.
Y con perfecta armonía y coordinación van sobrevolando plantaciones, monumentos o viviendas particulares todo ello con un silencio solo roto por las ráfagas de fuego que el piloto activa para llenar el globo de aire caliente y así poder hacer subir el aparato.
Y cuando parece que estamos bajando.....
Volvemos a subir a ir cogiendo altura y poder disfrutar de ese amanecer único y especial con los templos que ahora tienen un color dorado gracias al sol matutino suave de la mañana.
y seguimos subiendo.....
Y más arriba.... los otros globos son sólo pequeños puntos de color, y los campos sembrados nos ofrecen unos dibujos lineales en ese tapiz verde que se ha convertido el suelo.
Pero después de una hora en el aire, ahora sí ya es hora de ir bajando.... los campos nos ofrecen un mosaico de colores con los ribetes verdes de los árboles.
El inmenso globo va perdiendo altura y el piloto decidiendo donde aterrizar. Tal vez el momento que más temía, y tengo que decir que fue muy muy suave al igual que el resto del vuelo.
Una experiencia inolvidable que espero algún día poder repetir....
Me quedo mirando al cielo y a los que aterrizarán detrás y disfrutar con el paisaje que ofrecen tantos globos a la vez.....